Que rico disfrutar de un yogur acompañado de granola, mejor si es orgánica, y tus frutas favoritas, mejor si son de temporada.
Para hacer yogur en casa, necesitamos comprar yogur de buena calidad que tenga cultivos probióticos vivos. También vamos a necesitar leche de vaca, de preferencia leche entera e idealmente sin pasteurizar (si leche pasteurizada es la opción que se te facilita, puedes utilizarla sin problema).
Veamos a detalle cómo hacer nuestro propio yogur regular y griego en casa, lo cual además de asegurarnos de su calidad y que sea super nutritivo, sin aditivos, y sin conservantes, nos ahorrará una significativa cantidad de nuestro presupuesto en comparación a las opciones del supermercado.
¿Cómo Hacer Yogur Regular Casero?
Para hacer un rico y probiótico yogur regular en casa, no necesitamos mucho en realidad. Solo un poco de paciencia, los ingredientes y la forma adecuada de prepararlo.
YOGUR REGULAR HECHO EN CASA
500 gramos
Regla para hacer yogur:
1 cucharada (15 ml) de yogur (cultivo) x 1 litro de leche
INGREDIENTES:
- 1 cucharada de yogur natural (con cultivos probióticos vivos, es decir, sin pasteurizar, sin aditivos)
- 1 litro de leche entera de vaca (idealmente sin pasteurizar)
Tip: si utilizas leche descremada, puedes agregar a la leche líquida 2 cucharadas de leche en polvo, descremada o entera.
MATERIALES:
- Olla
- Cuchara de madera
- Termómetro digital
- Frasco(s) de vidrio con tapa o tupper(s) con tapa
- Nevera portátil (opcional)
- Toalla
- Colador plástico (para receta del yogur griego)
- Manta de cocina o tela de gasa (para receta del yogur griego)
Nota: Debes asegurarte de que tus recipientes estén limpios y desinfectados. Para hacer eso, simplemente pon un poco de agua hirviendo y vinagre para esterilizarlos y luego secarlos.
Para poder hacer yogur, vamos a necesitar yogur. Pero, ¿cómo? Déjame te explico. Para arrancar la transformación de cualquier alimento que queramos fermentar, necesitamos una pequeña cantidad de un lote anterior de ese mismo fermento. Es lo que comúnmente se le conoce como “backslopping”.
Si no tienes yogur en casa, puedes comprar en el supermercado, optando por uno de buena calidad (debes ver los ingredientes, que sea lo más natural posible). Este nos va a servir para inocular la leche para que se fermente en yogur, por lo que debemos buscar una opción sin pasteurizar, sin aditivos, sin fruta, sin conservantes; es decir, que sus ingredientes sean únicamente leche y cultivos probióticos o cultivos lácticos.
En el yogur ya están los microorganismos que necesitamos. Si queremos, también podemos conseguir los microorganismos, pero la realidad es que el lugar más cercano que tenemos para conseguir lo que necesitamos es el supermercado, por lo que es una excelente opción.
También necesitamos leche de vaca, preferiblemente leche entera. Si la leche pasteurizada es la única opción que tienes, utilízala. Aunque sea pasteurizada, le daremos nueva vida al fermentar el yogur.
Vamos a necesitar frasco(s) de vidrio con tapa(s) o tupper(s) con tapa(s). Ahí vamos a cultivar el yogur.
La nevera portátil nos servirá para incubar el yogur, ya que necesitamos un espacio cerrado donde el o los recipientes conserven el calor. Si no cuentas con una, no te preocupes y continúa leyendo.
La toalla que vamos a necesitar es para hacer un tipo nido para el recipiente donde vamos a fermentar.
Otra cosa que es super útil es el termómetro. Utilizarlo es muy recomendable ya que es un proceso que depende mucho de temperaturas. Primero tenemos que calentar la leche y luego bajar la temperatura. Básicamente buscamos una temperatura ideal para inocular la leche con el cultivo (el yogur).
PROCEDIMIENTO:
Sin más entremos de lleno para hacer nuestro yogur en casa siguiendo estos pasos:
1. Llevar a temperatura ambiente el yogur (cultivo)
Saca de la nevera 1 cucharada de yogur, que será el cultivo para esta receta, ya que necesitamos que esté a temperatura ambiente al momento de mezclarlo con la leche para la fermentación.
2. Preparar el ambiente para la fermentación
Llena hasta la mitad la nevera portátil con agua caliente y cierra. La tapa debe estar bien cerrada para guardar el calor.
Si no cuentas con nevera portátil puedes obviar este paso.
3. Calentar la leche a la temperatura adecuada (82°C/180°F)
Calienta la leche en una olla, a fuego medio o bajo, llevándola a 82 grados Celsius / 180 grados Fahrenheit.
Tip: Si no tienes un termómetro, una señal de que está llegando a la temperatura deseada son las burbujas. Aquí es cuando debemos apagar el fuego.
También puedes introducir en la leche la punta de tu dedo meñique, contar hasta 5 o 6 segundos, y si pasado este tiempo tienes que sacar el dedo porque te quema, en ese momento es la temperatura ideal. Si a los 3 o 4 segundos tienes que sacar el dedo, está demasiado caliente, por lo que debes apagar y dejar enfriar. Si lo tienes que sacar hasta los 8 segundos, todavía está fría.
En este paso debemos estar atentos a la leche, ya que es muy fácil distraernos con otras cosas de la cocina mientras se calienta. Lo ideal es remover la leche durante todo su calentamiento e ir midiendo la temperatura constantemente con el termómetro (o de la otra forma); lo que queremos es evitar que se sobrecaliente la leche o quemarla, y también evitar que se forme nata, que es la piel o capa que se forma por encima cuando no se mueve constantemente la leche que se está calentando. Esta piel que se forma es grasa perdida que luego no se va a incorporar bien al yogur. Para tener un buen resultado, es mejor ser pacientes y remover constantemente por lo menos cada 2 minutos, especialmente cuando la leche se está acercando a la temperatura deseada.
Nota: El tiempo que se demora en calentar la leche a la temperatura deseada depende de la temperatura inicial de la leche, la olla en que estamos calentando, y la potencia de la estufa.
¿Por qué calentar la leche? Porque por definición el yogur es leche cocida, leche calentada, es un fermento “termofilo”; un fermento que cocinamos y luego fermentamos a una temperatura más alta que por ejemplo el kéfir que es un fermento “mesófilo”; un fermento que se hace a temperatura ambiente.
Cuando calentamos la leche a 82 grados Celsius / 180 grados Fahrenheit, estamos ampliando sus proteínas y estamos haciendo que al final tengamos un producto más espeso.
Tip: Si tienes acceso a leche cruda de calidad sería preferible hacer kéfir de leche que yogur, porque el kéfir de leche se hace a temperatura ambiente, sin cocinar, sin calentar la leche.
4. Dejar enfriar la leche a la temperatura adecuada (46°C/115°F)
Ahora con el fuego apagado, deja enfriar la leche hasta que llegue a 46 grados Celsius / 115 grados Fahrenheit.
No descuides el proceso de enfriamiento ya que se puede enfriar más de lo necesario.
Es una buena práctica revolver la leche mientras está enfriando, al menos al principio porque la nata también se puede formar en esta etapa.
5. Mezclar la leche con el yogur (cultivo)
Una vez llegue a 46 grados Celsius / 115 grados Fahrenheit, añade 1 cucharada de yogur a temperatura ambiente en el o los recipientes con tapa que vayas a utilizar para la fermentación. Luego añade 1 litro de leche, mezcla, y tapa.
Tip: Si utilizas frasco(s), puedes utilizar un embudo para introducir la leche y evitar derrames.
También es importante que si tu yogur no sale bien, puede que el cultivo (el yogur) no haya sido una fuente suficientemente poderosa para poder inocular (activar) y fermentar la leche en yogur. Si es un cultivo débil, no sirve agregar más cultivo. Es decir, si la primera tanda no sale bien, hay que comprar otra marca de yogur. También veíamos que venden paquetes con las cepas bacterianas, que podrías encontrar en tiendas especializadas.
6. Iniciar el proceso de la fermentación
Retira el agua caliente de la nevera portátil. Ya vacía, coloca una toalla limpia dentro, introduce el o los recipientes cerrados con tapa y envuelvelos con la toalla. Cierra la tapa de la nevera y déjalo reposar por 8 horas mínimo a 24 horas máximo.
Tip: puedes colocar unos pachones con agua caliente dentro de la nevera portátil para conservar mayormente el calor.
Si no tienes nevera portátil, puedes envolver con la toalla el o los recipientes cerrados con tapa (con cuidado que no se vaya el calor porque de ese calor va a depender que se genere la vida allí adentro), y meterlos en una bolsa de plástico y amarrar. Luego guardarlo en un ambiente cerrado, como el horno de la estufa o el horno microondas (con cuidado de no encenderlos mientras esté ahí dentro).
Si tienes una máquina para hacer yogur, la ventaja es que el fermento se mantiene a una temperatura constante, porque también puede que el yogur no se fermente bien dado que el ambiente no sea lo suficientemente caluroso.
Entre más se fermenta, menos lactosa tendrá la leche y más ácido quedará el yogur. Esto es porque los microorganismos se alimentan de la lactosa que tiene la leche, y a su vez van produciendo ácidos, por lo que resulta menos dulce y más ácido.
7. Guardar yogur (cultivo) para la siguiente fermentación
Listo, pasado el tiempo indicado tendrás listo tu yogur regular. Si lo haces con leche entera va a tener crema hasta arriba que es la grasa de la leche (debemos recordar que la grasa es buena).
¡IMPORTANTE! No te olvides de guardar al menos 1 cucharada de yogur antes de endulzar o saborizar para cultivar tu siguiente tanda.
Cómo Convertir el Yogur Regular en Yogur Griego
En un solo paso super sencillo, podrás transformar tu yogur regular en yogur griego.
Si tú deseas un yogur espeso y cremoso, conocido como yogur griego, tienes que utilizar un bowl, idealmente que no sea de metal, poner un colador dentro y una manta de cocina o tela de gasa encima, y colocar el yogur regular dentro. Puedes hacer un tipo bolsita con la manta y dejarlo destilando para que suelte el suero de la leche. Para este proceso guarda el yogur en la nevera de 8 horas a 12 horas; todo dependerá de qué tan espeso lo deseas.
Y listo, tienes un delicioso y probiótico yogur griego que podrás disfrutar de la forma que más te guste.
Recuerda que puedes guardar el suero y utilizalo para hacer otras recetas.
Nota: Si empiezas la receta con 1 litro de leche, obtendrás ½ litro (500 grs/ml) de yogur griego, es decir, la mitad. Si el yogur es un poco más líquido, entonces tendrás más yogur. Es cuestión de tu gusto cuánto suero desees quitarle.
La ventaja de hacer nuestro yogur en casa, es que lo hacemos a nuestro gusto, lo endulzamos como queremos, y va a estar mucho más libre de aditivos.